domingo, 17 de abril de 2016

El Sevillano

El taxi de Ramón el de “Chuchina” nos trasladó a la estación de Baeza, el lugar más cercano donde llegaba el tren. Emprendí esa aventura acompañada de mi padre. Con nosotros iban otras dos personas: al mayor le llamaban Francisco el de "El Chatillo". Una de sus hijas era muy amiga mía, pero ella se quedaba en el pueblo con su madre y su hermana, hasta que el padre encontrara trabajo y vivienda. El otro, era un muchacho algo más joven que yo, de la familia de los Valdivia. No recuerdo nada más sobre él y tampoco tengo ni idea de por dónde anda.

jueves, 5 de mayo de 2011

Barcelona: la ciudad de las mil caras

La noche se nos había echado encima mucho antes de llegar a la ciudad. El cansancio había hecho mella, sobre todo en las personas mayores; más de veinticuatro horas de viaje dejan extenuado al cualquiera. Sin embargo, los más jóvenes,  aún teníamos energía para asomarnos a las ventanas del tren, mientras éste iba situándose en la vía correspondiente, para entrar en la Estación de Francia, con aquel traqueteo eterno.